lunes, 10 de octubre de 2016

Irongoat 2016

Nunca imaginé lo que era esto. Ahora ya lo sé y nunca se me olvidará.

Un tal Ángel Ruiz Sánchez, Arusa de nombre de guerra, fue el que enmarañó a Juanfran en la Irongoat 2016 y éste a su vez a mí. Las razones aducidas giraban en torno a que,... no era competitivo, que se puede ir al trantran, con calma, esto, aquello, patatín, patatán,.... - Acho, que visto así, parecía un paseo plácido por las montañas casi. Al final, mira por donde, el iniciador de la movida, el tío mecha, sufrió algo muy desagradable como es un despido de la empresa después de 27 años (se dice pronto,... cabrones) y no pudo asistir. Irónicamente hablando: -Hay que tener muy mala leche para echar a este tío el Viernes previo a la Irongoat. Podrían haber esperado al Lunes por lo menos.... cabrones.

Y así, con preparación física normal (aquí hace falta que sea 'supernormal') y sobre todo sin el ajuste psicológico profundo que merece esta animalada, me apunto a última hora cuando se acababan las plazas. - Qué se acaban, qué se acaban!! - Vale, vale, me apunto. Veo que hay gente conocida y espero que si aguantan ellos, hacerlo yo también,... -Pero bueno, si es un paseo, cómo no voy a aguantar. Hmmmm, pero no por viejo se sabe todo.

Como los avituallamientos no me quedaban muy claros y el día me temo que se va a hacer muy muy largo, metó en el zurrón hasta 9 minibocadillos variados incluyendo los especiales de queso y membrillo y alguna cosa más como frutos secos, la bolsa del hamster está preparada. Menos mal porque se quemaron muchas calorías y se necesitaba combustible para largo. No me faltó comida, por esa parte acierto pleno. La ropa igual, eché un chaleco y unos manguitos y me vinieron bien para la noche de salida y la de llegada. La excursión es que duró un día y dos noches jeje

Después del madrugón y de que me recogiera el 'taxi' de Juanfran en la puerta (-qué lujo Dios) iniciamos viaje. El que estaba enfermo esta vez era Javier que tenía la garganta hecha un asco y una voz de hombre que no le reconocíamos. Va en su coche porque dice que puede que abandone. -Ja, que me lo voy a creer yo. Esto es más duro que la carne de perro.

Después de unas breves palabras de los organizadores iniciamos la ruta en pelotón bajando desde Ricote hasta Ulea por sendas. -Si somos de montaña, somos de montaña. Y así con armonía y buen rollo llegamos hasta Ulea y empezamos a fustigarnos como locos. -Un Scalextric Papá.

Todo el mundo se iba a bajar en la Senda del Scalextric pero al final todos mintieron como bellacos. Yo que iba subiendo bien se me paró un tío delante y echamos pie a tierra. Me vino especial porque hice la subida en dos trozos y así no me agoté apenas. A continuación la Senda del Martillo, que hicimos (hice) superbien, sin incidentes ni excesos, bien. Se me soltó la bolsa del sillín al llegar al collado, es verdad, y allí los 'pata negra' se fueron ya forever. Solo los volvi a ver bajando puertos mientras yo los subia.

Tras la Subida del Martillo llega la bajada, bien, sin incidentes y entramos en una zona de transición-navegación. No se qué pasó pero aparecían ciclistas de todos sitios... y éramos nosotros mismos, cada uno de los grupos por una variante diferente. Zona de conversaciones y relaciones, más adelante iba a ser más difícil porque en La Bola íbamos todos como muy enfadados, sin hablarnos 'naica de na'.
Iniciamos la subida por San Joy, yo la primera vez que subía por aquí, las fuerzas van bien y el ritmo es contenido por el temor a lo que nos espera. Los 'Carambas' se ven allá a lo lejos, muy lejos. Nos sacan calculo unos diez minutos ya. -Qué tíos! Por detrás vamos formando un pelotón bastante numeroso, entre los que van algunos que ya saben que no quieren llegar más allá de Cieza. Otros sí queremos. -Be careful, que no nos arrastren con un ritmo demasiado alto.



La ascensión a La Bola es durísima, yo pienso que no tiene igual en la región. Es imposible guardar perricas, por despacio que vayas, el consumo de piernas es altísimo. Esto luego me pasará factura, lo sé, pero no puedo hacer nada. Trato de concentrarme en mi ritmo, no dejarme llevar por nadie y poco a poco, y eso sí, muy despacio, consigo alcanzar la Cima Coppi de esta Irongoat (1254m si mal no recuerdo). No es para mí ninguna sorpresa el cachondeito de la pancarta avisando que está cerrado el avituallamiento y que el más cercano está en el otro pico (otra rampona de los cojones!). Tiempo para un par de fotos con mi 'Jefe Ibarra' y al otro pico. A almorzar!



Cuando llegamos allí veo a mi Antonio Morte y le veo cara de diablo, luego le cambiaría la cara, pero en ese momento no me cae bien del todo. En fin, que aparco y bebo bastante porque el calor aprieta y la deshidratación está ahí, flotando en el ambiente. Descansamos un rato y cuando estamos a punto de bajar vemos que llega Javier. Es un campeón y nos esperamos a que se reponga para bajar juntos.

Iniciamos el descenso tranquilamente cuando de repente..... -Es Sagan? -Noo, es Paquito!! -Hostiaa, cómo va. -Pues por aquí está peligroso que patina. Dicho y hecho, Paquito al suelo después de un salto propio de circo. Menos mal que llevaba ya un escapulario que le protegía además del airbag en forma de mochila porque de poder hacerse mucho daño ha pasado a hacerse poco, pero se ha hecho. Bueno, pues seguimos, ahora todos con más calma.

La bajada de La Pila es laaaarga, y en muchos tramos sin perder cota, así hasta que al final ya sí de verdad se pierde la altitud y se llega a la carretera de Jumilla donde el track nos juega una mala pasada a Juanfran y a mí pero nada que no se pueda rectificar. Ascoy al frente.

Hasta que se inicia la ascensión real, hay tramos de navegación (como si fuera el Dakar) y luego de acecho, rodeando al bicho por todos los flancos para ver por donde meterle el diente. Cuando ya de verdad la cosa se empina, la temperatura está rondando los 35º. Ufff, casi nada. El terreno aquí es desolador, no hay árboles ni apenas vegetación, solo piedras y calor, terreno de escorpiones y ciclistas colgaos pienso yo. Me recuerda a las historias que cuentan del Mont Ventoux, ese donde la palmó Tom Simpson. A ver si palmamos nosotros!





Extenuante ha sido llegar al último molino, no llevo ni gota de agua, ni ninguno de mis acompañantes. Al ir a recoger el segundo escapulario bebemos agua a balagueros, estamos deshidratados y el buitre de los calambres lo noto que ya va rondándome, lo intuyo. Parada más bien larga, se necesita por el calor y el esfuerzo tan intenso que hemos soportado, y una vez repuestos nos tiramos montaña abajo, primero por lo ya conocido que está peligroso por la cantidad de piedra molida que hay y después por la Senda de la Piedra Viva, en la que más vale no caerse porque seguro te haces un manostijeras importante. Esto, sin embargo, para los brazos es cojonudo, te ahorra tiempo y dinero de gimnasio, para el dentista en cambio no porque los empastes que no vayan muy fuertes te los tira todos.

Calor, calor, cuando llegamos a Cieza lo que apetece es.... un baño en el río y una cerveza fría con unas patatas o unas almendras -¿pulpo? -también, qué capullo!! Pero entre la indecisión, no encontrar un sitio güeno y que luego encontramos el punto oficial de avituallamiento pues no lo hicimos. El cariño y los ánimos van estupendo pero desde luego una barrita de esas de cereales de Hero no tiene nada que ver con una caña y un trozo de pulpo. -¿No hay Coca Cola? Ahhhrg, pues entonces nos vamos. 

La salida de Cieza es un poco traumática pensando en la Cerveza o Coca Cola perdidas pero.... así están las cosas. -Tooooma rampa para encaminarnos al ZigZag. -Toooooma mosquitos en la ascensión. Allá que vamos un poco cabizbajos, sin muchas risas, será porque es la hora de la siesta ya y vamos echando cabezaditas o será porque en algún momento se ve entre muchas montañas unas antenas que son las de Almeces..... Y mira que están lejos y hay montañas por medio. Mae Mía!!  La buena noticia es que está cambiando el tiempo y la temperatura está bajando.

Empiezan los senderos buscando como meta volante próxima el Portazgo.  Empieza una subida que se hace muy muy larga, con un primer tramo bastante empinado y ya luego aunque rebaja el porcentaje resulta tedioso el ascenso. Nos cruzamos con los más aventajados de la clase, los cuales nos animan y apoyan para que no cejemos en el empeño. Es un estímulo importante que junto con la cabezonería propia dan sus frutos.
Oye, que fue llegar al Collado del Portazgo y decirnos Antonio Morte que no había que subir más y cambiarle la cara de demonio que tenía en La Bola por una de ángel custodio, qué metamorfosis tan rápida. Bueno, bueno, qué lujazo de avituallamiento, ¡con Coca Cola! ¡Cerveza! ...¡¡ Almendras!! Juas juas,.... Pagado de su bolsillo. Si es que hay que quererlo aunque no sea tu tipo de hombre.

Después de aquello, el mundo era diferente, había cambiado. -¿En todo? -Psss Seguíamos yendo juntos Ibarra, Ferrer, Javier y yo, teníamos mejor humor pero mi pierna izquierda seguía en alto voltaje, se me quería enganchar. Apliqué durante la subida al Collado del Águila la técnica de meter desarrollo y me fue bien pero ahí estaban los calambres dando guerra. Sabía que habría más episodios futuros.

Después de la bajada llegamos a la Parada de PepeGar y la verdad es que después de venir de Casa Morte llegábamos ya satisfechos y no necesitábamos prácticamente nada, y mira que Pepe como Charo se empeñaban en ofrecernos esto y lo otro y tal pero íbamos bien. Necesitábamos cariño y ánimo, eso sí, y de eso nos dieron en esta parada en cantidades industriales. Gracias.
 
Entramos en lo más divertido del día, la Rambla de Beniiiiiitooo porque, bien dicho, ni La Bola ni Ascoy ni el Hartazgo (digo Portazgo) son muy amenos y sin embargo aquí lo pasamos en grande sorteando piedras, raíces y demás. Así hasta que llegamos al final y encaramos la Senda de los Perros Rabiosos. Poco que comentar de este sendero no ciclable, entorno bonito, camino feo. 

Ya nos adentramos en un montón de senderos de nombres desconocidos para mí, unos más duros, otros menos, unos con más dificultades en forma de surcos y piedras y otros menos. Parriba, parriba, los calambres van a más y me obligan a cuidar mucho el pedaleo y en ocasiones a tener que pararme porque se me bloquea la pierna. Todos los males se olvidan cuando de pronto te encuentras con espectáculos como la puesta de Sol en el Estrecho de Bering. Qué maravilla, qué privilegio tenemos de ser testigos de esta naturaleza. Hay foto y si es así, hay parada. 




David va nervioso porque no lleva luces, va bien y observa que nosotros sí llevamos luces, no vamos muy bien y además nos lo hemos tomado con una gran relajación a estas alturas de recorrido. De un momento a otro se marchará, lo sabemos. El resto del contingente, Juanfran, Javi y yo ya hemos hecho 'cuerpo' y no nos vamos a separar de aquí al final. De pronto, yendo David ya por delante, nos equivocamos y nos metemos monte abajo por error. Cuando nos damos cuenta, nos tiramos de los pelos (los que nos quedan) por el error cometido pero no queda otra que la vuelta atrás. Ya, cada metro de ascensión de más, se nos clava como un cuchillo.



Después de muchos kms de senda llegamos por fin al collado ese donde está el camino encajonado en piedra, qué sitio tan bonito y la bajada que hay a continuación también. Unas fotos rápidas y zumbando por esa senda en bajada preciosa que finalmente te lleva a la pista forestal. Aquí ya sabemos con exactitud lo que queda para garantizarnos la Cabra de Hierro de este año. Ya sé que aunque sea a una pierna subo Almeces. La gloria está más cerca que nunca.
 
Subida muy despacio, no me daban las piernas para más, cuidando el pedaleo para que no se enganchara la pierna de nuevo y sin subir de pulsaciones, sobre 120, no porque no quiera sino porque no puedo. Lo importante es seguir, seguir y seguir. -Son dos kilómetros!! -Dos!!! -Vamos, Vamos!!!  Es de noche y se agradece porque así no ves mucho lo que hay por delante. Solo tienes que pensar en dar pedales, uno, otro, otro, otro,....-Vamos, Vamos!!!

Las antenas, por fin, ahí están Paquito, Antonio y Juan animándonos como si fuerámos los vencedores de algo. -¿lo somos? Sí, supongo que de algo si somos, de algo propio, interno, del desafío, del reto, de una superación de tus limites, de la Irongoat de este año, de estar menos tiempo que otros o de estar más tiempo que otros, todo es relativo... Al final creo que si, que somos vendedores de muchas cosas.



Cuando enseguida llega Javi nos fundimos en un gran abrazo los tres. En Almeces nos hemos coronado como Irongoaters, Cabrones del Hierro (y de la Piedra). Tras las fotos de rigor un poco rápidas puesto que hace bastante fresco ya, nos tiramos en un largo descenso camino de Ricote, donde somos recibidos en el Pabellón por algunos de los fieras de la prueba y también de un David que ya está el tío duchado y guapo para la cena.




Ducha cojonuda, repito, cojonuda, y luego una cena tranquila, comentado animádamente con los compañeros de fatigas las muchas cosas que han pasado durante tantas horas.
Tiempo de marcha, algo más de 14 horas con 11 horas y 24 minutos de pedaleo.
Ha sido una experiencia muy gratificante la vivida, una aventura como pocas, con una dificultad como ninguna, compartida con grandes amigos que en estas circunstancias se engrandecen más todavía y forjan unos lazos de amistad que se hacen muy fuertes.


Hay que agradecer a las personas que se han encargado de la organización, el tiempo y los recursos que han dedicado a que muchos disfrutemos de estas locuras. Hay que seguir siendo niños todo lo que se pueda y jugar a las bicis durante muchos más años.

Mi recuerdo y agradecimiento especial para Juanma, Quiyo, Antonio, PepeGar y Charo como principales caras de la Irongoat 2016 pero seguro que hay muchos más detrás que también han aportado mucho y bien. Gracias al Ayuntamiento de Ricote y a su alcalde Celedonio Moreno por hacernos todo mucho más fácil al facilitarnos el pabellón para duchas y custodia de las bicis.

Mi reconocimiento a todos aquellos finishers y no finishers que se atrevieron con tal 'bicho'. Hay que tener agallas, por no decir otra cosa, para meterse en estas locuras. Yo tengo agallas y pulmones porque si no, no os puedo seguir a la mayoría.

Destacar especialmente a mis compañeros de aventuras, David Ferrer, el mago del rodillo y excelente compañero, Javier García, ejemplo único de determinación y pundonor en la bici, (me emociona verle llegar a los puertos) y a Juan Francisco Ibarra, compañero ya de muchas aventuras con el que nos divertimos diseñando rutas y en la medida de lo posible haciéndolas también. Es un 'monstruo' en todo lo que hace y ahora que le ha dado por la bici, pues igual. Es el que me contagia la energía cuando me falta.

Por último, recordar al primero de los locos de este circo que es Arusa. Cuánto y cuántos te hemos echado de menos.
 
-Has sufrido una caída pero te vas a levantar con más fuerza. Seguro. Un abrazo Ángel. 

https://photos.google.com/album/AF1QipN7t7HoqWok6HaGde0DMCY70mrU3pabZ-kiQryu

No hay comentarios:

Publicar un comentario